TRASTORNOS DEL CONTROL DE
IMPULSOS
La mayoría de
nosotros damos por sentada nuestra capacidad de pensar antes de actuar. Pero
esto no es fácil para las personas que tienen problemas para controlar sus
impulsos. Los trastornos del control de impulsos son una clase de
desórdenes psiquiátricos caracterizados por la impulsividad – no resistir la
tentación, deseo o impulso que le puede hacer daño a sí mismo o a otros.
Asimismo, sucede que:
▪
Antes de llevar a cabo la acción hay un aumento de la
tensión emocional (activación emocional).
▪
Durante la acción se tiene una sensación placentera,
liberadora.
Tras la acción pueden arrepentirse
o sentirse culpable.
Clasificación
Aunque hay varios
trastornos psicológicos que se definen principalmente por la pérdida de
control. Estos problemas de control de impulsos se describen aquí brevemente:
▪
Trastorno
explosivo intermitente. Existen episodios aislados de falta de control de
impulsos agresivos (agresiones serias, destrucción de la propiedad…) que se
manifiestan con ataques de ira desproporcionados. Se instauran en minutos u
horas y pueden remitir espontáneamente. Posteriormente suele haber
arrepentimiento o autorreproche.
▪Cleptomanía. Impulso irresistible de robar objetos
no necesariamente necesarios o de valor. El robo no es premeditado.
▪Piromanía. Existe una fascinación por el fuego y
una gratificación al provocarlo. Se trata de acciones deliberadas y
premeditadas. Suelen meterse en las profesiones relacionadas (bomberos).
▪ Ludopatía. Conducta de juego persistente,
recurrente y que produce disfunción psicosocial, familiar y económica. La
necesidad de juego va en aumento.
▪
Tricotilomanía. Falta de control de impulsos de tirarse del pelo hasta
arrancarlo provocando calvas. No hay disfunción psicosocial. Puede llegar a
relacionarse con la tricofagia.
▪
Dermatilomanía. Urgencia compulsiva por rascar, excoriar o pellizcar la
propia piel.
▪Onicofagia/Onicotilomanía. Hábito compulsivo de comer, cortar o morder
las uñas.
▪Compra por impulso. Impulso irresistible de compra espontánea,
no premeditada.
▪Síndrome de
acaparador compulsivo. Tendencia a la acumulación de artículos u objetos en
forma excesiva, incluso si los objetos no tiene valor, son peligrosos o
insalubres.
¿Qué se puede hacer para abandonar estos
hábitos?
▪
Tomar conciencia y comprender los inconvenientes y
dificultades que el hábito produce. Como el hábito es prácticamente automático
es preciso que seamos sensible a los detalles y hábitos. secundarios; generar
consciencia implica conocer la especificidad de la conducta que va a
modificarse.
▪
Reacción de competencia: Es aquella que permite el
control del hábito, consiste en el aprendizaje de una conducta incompatible con
él. A modo de ejemplo: pintarse las uñas en lugar de morderlas.
▪
De manera preventiva podemos realizar la reacción
incompatible con el hábito cuando ya podemos reconocer el impulso, así se
impide que el hábito sea iniciado venciendo la tentación de ejercerlo.
▪
Evitar la compulsión en situaciones que tienden al
hábito. La toma de conciencia posibilita que muchas situaciones sean
asumidas como “de riesgo”, practicándose en ellas la reacción de competencia
(mencionada antes) sin ser sorprendidos por el hábito (hablar por teléfono,
estudiar, ver TV, etc.)
▪
Tratar de relajarnos para disipar su ansiedad
cuando nos sentimos nerviosos o en situaciones proclives al hábito.
▪
Exhibir la mejoría: luego del proceso para
revertir el hábito, buscar distintas situaciones/actividades que antes se han
evitado.