martes, 28 de abril de 2015

Y entonces.. esto es depresión?

Hace mucho anhelaba compartir momentos especiales con una persona. Hace mucho quería sentir lo que se siente ser especial para alguien. Conocí a Alicia en la universidad y tan pronto la conocí supe que ella sería un motivo de felicidad. Hablamos, nos reímos y nos enamoramos, o al menos eso pensé. 

8 meses. Tiempo suficiente para decidir si uno quiere estar con una persona, no creen? Bueno, pues para ella no fue así. 8 meses,  de ilusiones y falsas promesas, tuvieron que pasar para que ella al fin se encontrara consigo misma y reconociera que no deseaba ningún tipo de compromiso conmigo. Siento rabia y frustración, ya habíamos vivido una separación, aquel frío septiembre cuando  pensé que todo había acabado, la muy egoísta volvió. Por qué volvió? Por qué octubre la trajo de vuelta a mis brazos, si abril ya estaba preparado para sabotear nuestra unión? Por qué esperó que me enamorará como un idiota? Por qué me mintió durante tanto tiempo? Tal vez su propósito inicial siempre fue hacerme daño. Tal vez vio en mi la oportunidad perfecta para vengar sus anteriores desilusiones. 

Y ahora, qué hago con mi vida? Sin ella, ni respirar tiene sentido. Prefiero estar muerto a vivir sin su sonrisa.  No quiero despertarme sabiendo que no encontraré el mensaje de buenos días que a diario me escribía. Solo quiero encerrarme y llorar. Llorarla. Amarla. Amarla como siempre lo he hecho, pero esta vez, sin poder tocarla. Sin tener la oportunidad de sentirla debajo de mi piel. 

Han pasado tres semanas y ya no sé qué es dormir, no conozco la comida, ya no  quiero vivir. No he salido de casa, supongo que perdí mi empleo. Mi familia se encuentra angustiada, pues hace ya rato que no los veo. 

Ella se fue sin más, sin voltear atrás. Probablemente fue mi culpa, no debí ser tan sobreprotector, no debí tomarme derechos que ella no me había otorgado. No debí amarla. No debí creerle. Al final, lo que nos impide encontrar el verdadero amor es nuestra búsqueda desesperada. 



Trastorno Depresivo Mayor 

El trastorno depresivo mayor es un trastorno del estado de ánimo que provoca en las personas que lo padecen un gran malestar psicológico y físico que resulta discapacitante. 

Epidemiología

La OMS define a la depresión como el trastorno mental más común. Afecta aproximadamente a 340 millones de personas en el mundo. Tiene una prevalencia estimada de 15 al 25%, siendo su presentación mayor en mujeres.

Etiología

No existe un único factor causante de la depresión, sino una combinación de factores genético, bioquímicos y psicológicos. Los estudios realizados han encontrado una gran variabilidad entre las personas que desarrollan este trastorno. Un alto porcentaje presenta antecedentes familiares por lo que se cree que el factor genético es relevante pero no determinante. 

En cuanto al factor bioquímico, se dice que existen algunas alteraciones que influyen en el origen y mantenimiento de la enfermedad. 

El cerebro dispone de un mecanismo complejo que necesita neurotransmisores  para su correcto funcionamiento. Algunos de esos neurotransmisores son la serotonina, norepinefrina  y la dopamina  que parecen ser  los principales protagonistas en la regulación del estado de ánimo en el  sueño, el apetito, la energía y el estado de alerta. Y según diferentes estudios muy relacionados con los trastorno depresivos.

En cuanto a los aspectos psicológicos existen diferentes causas que pueden desencadenar la enfermedad. Tales como el estrés prolongado en el tiempo, una baja autoestima, problemas económicos y familiares, rupturas de pareja, la muerte de una familiar. Aunque también hay casos en lo que no se presenta ninguna causa externa. 

Manifestaciones clínicas


- Afecto deprimido.
- Anhedonia.
- Astenia y adinamia (97% de los casos).
- Trastornos del sueño (80% de los casos).
- Ansiedad (90% de los casos).
- Trastornos del apetito.
- Trastornos sexuales.
- Síntomas cognitivos(80% de los casos).
- Quejas somáticas.

Síntomas clínicos

El afecto deprimido y la pérdida de interés o satisfacción son los síntomas principales de la depresión. Los pacientes pueden comentar que se sienten desesperanzados, sumidos en la melancolía. La característica primordial de un episodio depresivo mayor es un período de al menos 2 semanas durante el que hay un estado de ánimo deprimido o una pérdida de interés o placer en casi todas las actividades. En los niños y adolescentes el estado de ánimo puede ser irritable en lugar de triste.  El episodio debe acompañarse de un malestar clínico significativo o de deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de las actividades de la vida diaria en las que la persona se desempeñe. 

En algunos sujetos con episodios leves la actividad puede parecer normal, pero a costa de un esfuerzo muy importante. Los pacientes describen con frecuencia el síntoma como un dolor emocional que es una agonía, a veces se quejan de incapacidad para llorar. Dos tercios de los pacientes presentan intentos de suicidio y el 15% llegan a cometerlo. Casi todos los pacientes manifiestan una pérdida de energía que dificulta la finalización de las tareas cotidianas, empeora el rendimiento escolar y laboral. 

Un 80% de los pacientes presenta alteraciones en el sueño, en especial despertar precoz (insomnio terminal) y múltiples despertares. Algunos pacientes presentan hipersomnia, que sumado a aumento del apetito y ganancia de peso constituyen síntomas atípicos. La ansiedad es un hecho común (incluye crisis de pánico) suele complicar el tratamiento del trastorno depresivo sumado al abuso de alcohol. Un 50% de los pacientes empeora en la mañana con mayor gravedad de los síntomas y se alivia a medida que pasa el día. 

Muchos sujetos manifiestan irritabilidad (p. ej., ira persistente, tendencia a responder a los acontecimientos con arranques de ira o insultando a los demás, o sentimiento exagerado de frustración por cosas sin importancia). En algunos persona hay disminución del deseo sexual. Normalmente, el apetito disminuye y muchos sujetos tienen que esforzarse por comer. 

Los cambios psicomotores incluyen agitación (p. ej., incapacidad para permanecer sentado, paseos, frotarse las manos y pellizcar o arrugar la piel, la ropa o algún objeto) o enlentecimiento (p. ej., lenguaje, pensamiento y movimientos corporales enlentecidos; aumento de la latencia de respuesta, bajo volumen de la voz, menos inflexiones y cantidad o variedad de contenido, o mutismo). La agitación o el enlentecimiento psicomotores deben ser lo bastante graves como para ser observables por los demás y no representar únicamente una sensación subjetiva. Suelen malinterpretar los acontecimientos cotidianos triviales, tomándolos como pruebas de sus defectos personales, y suelen tener un exagerado sentimiento de responsabilidad por las adversidades. Muchos refieren capacidad disminuida para pensar, concentrarse o tomar decisiones.Pueden distraerse con facilidad o quejarse de falta de memoria. En sujetos de edad avanzada con un episodio depresivo mayor, la queja principal puede ser la falta de memoria, que puede ser tomada erróneamente por un signo de demencia. 

Tratamiento

Existen varios tratamientos que pueden ayudar y que son eficaces en la depresión:

  • Técnicas de autoayuda
  • Tratamiento psicológico
  • Tratamiento farmacológico.


Las técnicas de autoayuda son una serie de ejercicios, actividades y pautas que debe emprender la propia persona (con la ayuda de un profesional especializado) para mejorar su salud mental y física: técnicas de relajación, practicar ejercicio, higiene del sueño, hábitos alimenticios, actividades de ocio y tiempo libre, etc.

El tratamiento psicológico consiste principalmente en  proporcionar estas técnicas de autoayuda , en  reestructurar todos aquellos pensamientos negativos y catastrofistas que envuelven a  una persona con depresión, especialmente en casos dónde existe o ha existido riesgo o tentativas de suicidio. Además se ofrece apoyo  e información  sobre que es la depresión y cuales son las herramientas que se pueden poner en funcionamiento para mejorar y recuperar un estado de ánimo positivo. Se trabajan las habilidades sociales y comunicativas, se mejora la autoestima, se dan a conocer diferentes técnicas de control de ansiedad, de relajación  y se ofrece un seguimiento para asegurarse que todo lo aprendido se pone en práctica.

La terapia cognitivo-conductual y la terapia interpersonal, han probado ser efectivas en el tratamiento de la depresión.El tratamiento farmacológico tiene como finalidad regular y mejorar los desajustes bioquímicos facilitando  la recuperación o las posibles recaídas del paciente.

La mejor opción es un tratamiento combinado de ellos. Aunque dependiendo de la gravedad y de la edad, el especialista te indicará los pasos a seguir.


En cualquier caso el apoyo emocional y social, la compresión, es determinante para un buen pronóstico en la evolución de la persona que padece un trastorno de estas características.