Hace mucho anhelaba compartir momentos
especiales con una persona. Hace mucho quería sentir lo que se siente ser
especial para alguien. Conocí a Alicia en la universidad y tan pronto la conocí
supe que ella sería un motivo de felicidad. Hablamos, nos reímos y nos
enamoramos, o al menos eso pensé.
8 meses. Tiempo suficiente para decidir
si uno quiere estar con una persona, no creen? Bueno, pues para ella no fue
así. 8 meses, de ilusiones y falsas promesas, tuvieron que pasar para que
ella al fin se encontrara consigo misma y reconociera que no deseaba ningún
tipo de compromiso conmigo. Siento rabia y frustración, ya habíamos vivido
una separación, aquel frío septiembre cuando pensé que todo había
acabado, la muy egoísta volvió. Por qué volvió? Por qué octubre la trajo de
vuelta a mis brazos, si abril ya estaba preparado para sabotear nuestra unión?
Por qué esperó que me enamorará como un idiota? Por qué me mintió durante tanto
tiempo? Tal vez su propósito inicial siempre fue hacerme daño. Tal vez vio en mi
la oportunidad perfecta para vengar sus anteriores desilusiones.
Y ahora, qué hago con mi vida? Sin ella,
ni respirar tiene sentido. Prefiero estar muerto a vivir sin su sonrisa.
No quiero despertarme sabiendo que no encontraré el mensaje de buenos días
que a diario me escribía. Solo quiero encerrarme y llorar. Llorarla. Amarla.
Amarla como siempre lo he hecho, pero esta vez, sin poder tocarla. Sin tener la
oportunidad de sentirla debajo de mi piel.
Han pasado tres semanas y ya no sé qué es
dormir, no conozco la comida, ya no quiero vivir. No he salido de casa,
supongo que perdí mi empleo. Mi familia se encuentra angustiada, pues hace ya
rato que no los veo.
Ella se fue sin más, sin voltear atrás.
Probablemente fue mi culpa, no debí ser tan sobreprotector, no debí tomarme
derechos que ella no me había otorgado. No debí amarla. No debí creerle. Al
final, lo que nos impide encontrar el verdadero amor es nuestra búsqueda
desesperada.
Trastorno Depresivo Mayor
El trastorno depresivo mayor es un trastorno
del estado de ánimo que provoca en las personas que lo padecen un gran malestar
psicológico y físico que resulta discapacitante.
Epidemiología
La OMS define a la depresión como el
trastorno mental más común. Afecta aproximadamente a 340 millones de personas
en el mundo. Tiene una prevalencia estimada de 15 al 25%, siendo su
presentación mayor en mujeres.
Etiología
No existe un único factor causante de la
depresión, sino una combinación de factores genético, bioquímicos y
psicológicos. Los estudios realizados han encontrado una gran variabilidad
entre las personas que desarrollan este trastorno. Un alto porcentaje presenta
antecedentes familiares por lo que se cree que el factor genético es
relevante pero no determinante.
En cuanto al factor bioquímico, se dice
que existen algunas alteraciones que influyen en el origen y mantenimiento de
la enfermedad.
El cerebro dispone de un mecanismo
complejo que necesita neurotransmisores para su correcto
funcionamiento. Algunos de esos neurotransmisores son la serotonina,
norepinefrina y la dopamina que parecen ser
los principales protagonistas en la regulación del estado de ánimo en el
sueño, el apetito, la energía y el estado de alerta. Y según diferentes
estudios muy relacionados con los trastorno depresivos.
En cuanto a los aspectos psicológicos
existen diferentes causas que pueden desencadenar la enfermedad. Tales como el
estrés prolongado en el tiempo, una baja autoestima, problemas económicos
y familiares, rupturas de pareja, la muerte de una familiar. Aunque también hay
casos en lo que no se presenta ninguna causa externa.
Manifestaciones clínicas
- Afecto deprimido.
- Anhedonia.
- Astenia y adinamia (97% de los casos).
- Trastornos del sueño (80% de los
casos).
- Ansiedad (90% de los casos).
- Trastornos del apetito.
- Trastornos sexuales.
- Síntomas cognitivos(80% de los casos).
- Quejas somáticas.
Síntomas clínicos
El afecto deprimido y la pérdida de
interés o satisfacción son los síntomas principales de la depresión. Los
pacientes pueden comentar que se sienten desesperanzados, sumidos en la
melancolía. La característica primordial de un episodio depresivo mayor es un
período de al menos 2 semanas durante el que hay un estado de ánimo deprimido o
una pérdida de interés o placer en casi todas las actividades. En los
niños y adolescentes el estado de ánimo puede ser irritable en lugar de
triste. El episodio debe acompañarse de un malestar clínico significativo
o de deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de las actividades
de la vida diaria en las que la persona se desempeñe.
En algunos sujetos con episodios leves la
actividad puede parecer normal, pero a costa de un esfuerzo muy importante. Los
pacientes describen con frecuencia el síntoma como un dolor emocional que es
una agonía, a veces se quejan de incapacidad para llorar. Dos tercios de los
pacientes presentan intentos de suicidio y el 15% llegan a cometerlo. Casi
todos los pacientes manifiestan una pérdida de energía que dificulta la
finalización de las tareas cotidianas, empeora el rendimiento escolar y laboral.
Un 80% de los pacientes presenta
alteraciones en el sueño, en especial despertar precoz (insomnio terminal) y
múltiples despertares. Algunos pacientes presentan hipersomnia, que sumado a
aumento del apetito y ganancia de peso constituyen síntomas atípicos. La
ansiedad es un hecho común (incluye crisis de pánico) suele complicar el
tratamiento del trastorno depresivo sumado al abuso de alcohol. Un 50% de los
pacientes empeora en la mañana con mayor gravedad de los síntomas y se alivia a
medida que pasa el día.
Muchos sujetos manifiestan irritabilidad
(p. ej., ira persistente, tendencia a responder a los acontecimientos con
arranques de ira o insultando a los demás, o sentimiento exagerado de
frustración por cosas sin importancia). En algunos persona hay disminución
del deseo sexual. Normalmente, el apetito disminuye y muchos sujetos tienen que
esforzarse por comer.
Los cambios psicomotores incluyen
agitación (p. ej., incapacidad para permanecer sentado, paseos, frotarse las
manos y pellizcar o arrugar la piel, la ropa o algún objeto) o enlentecimiento
(p. ej., lenguaje, pensamiento y movimientos corporales enlentecidos; aumento
de la latencia de respuesta, bajo volumen de la voz, menos inflexiones y
cantidad o variedad de contenido, o mutismo). La agitación o el enlentecimiento
psicomotores deben ser lo bastante graves como para ser observables por los
demás y no representar únicamente una sensación subjetiva. Suelen
malinterpretar los acontecimientos cotidianos triviales, tomándolos como
pruebas de sus defectos personales, y suelen tener un exagerado sentimiento de
responsabilidad por las adversidades. Muchos refieren capacidad disminuida para
pensar, concentrarse o tomar decisiones.Pueden distraerse con facilidad o
quejarse de falta de memoria. En sujetos de edad avanzada con un episodio
depresivo mayor, la queja principal puede ser la falta de memoria, que puede
ser tomada erróneamente por un signo de demencia.
Tratamiento
Existen varios tratamientos que pueden
ayudar y que son eficaces en la depresión:
- Técnicas de autoayuda
- Tratamiento psicológico
- Tratamiento farmacológico.
Las técnicas de autoayuda son
una serie de ejercicios, actividades y pautas que debe emprender la propia
persona (con la ayuda de un profesional especializado) para mejorar su salud
mental y física: técnicas de relajación, practicar ejercicio, higiene del
sueño, hábitos alimenticios, actividades de ocio y tiempo libre, etc.
El tratamiento
psicológico consiste principalmente en proporcionar estas técnicas
de autoayuda , en reestructurar todos aquellos pensamientos negativos y
catastrofistas que envuelven a una persona con depresión, especialmente
en casos dónde existe o ha existido riesgo o tentativas
de suicidio. Además se ofrece apoyo e información sobre
que es la depresión y cuales son las herramientas que se pueden poner en
funcionamiento para mejorar y recuperar un estado de ánimo positivo. Se
trabajan las habilidades sociales y comunicativas, se mejora la autoestima, se
dan a conocer diferentes técnicas de control de ansiedad, de relajación y
se ofrece un seguimiento para asegurarse que todo lo aprendido se pone en
práctica.
La terapia
cognitivo-conductual y la terapia interpersonal, han probado ser
efectivas en el tratamiento de la depresión.El tratamiento
farmacológico tiene como finalidad regular y mejorar los desajustes
bioquímicos facilitando la recuperación o las posibles recaídas del
paciente.
La mejor opción es un tratamiento
combinado de ellos. Aunque dependiendo de la gravedad y de la edad, el
especialista te indicará los pasos a seguir.
En cualquier caso el apoyo emocional
y social, la compresión, es determinante para un buen pronóstico en la
evolución de la persona que padece un trastorno de estas características.